El movimiento en el autismo para la regulación emocional
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Moverse para regular: la importancia del movimiento en el CEA
El cuerpo y la mente están profundamente conectados, y para muchas personas con autismo, el movimiento es una herramienta clave para la regulación emocional. Balancearse, aletear las manos, caminar de un lado a otro o hacer presión en ciertas partes del cuerpo no son solo hábitos, sino formas naturales de gestionar emociones y sensaciones.
A pesar de que estas conductas pueden ser malinterpretadas o vistas como "innecesarias" desde una mirada neurotípica, cumplen una función fundamental en la autorregulación y el bienestar de quienes las realizan.
¿Qué son las estereotipias y cómo ayudan en la regulación emocional?
Las estereotipias son movimientos repetitivos que algunas personas con CEA realizan de forma natural, como agitar las manos, girar sobre sí mismas, chasquear los dedos o hacer sonidos repetitivos. Estas conductas pueden tener múltiples propósitos, entre ellos:
- Autorregular emociones intensas, como ansiedad, frustración o entusiasmo.
- Organizar el pensamiento y mantener la concentración.
- Reducir la sobrecarga sensorial, ya que permiten que el cerebro procese estímulos de una forma más manejable.
- Brindar una sensación de seguridad y previsibilidad en momentos de incertidumbre.

Si bien muchas estereotipias son parte de la experiencia sensorial de una persona con CEA, no todos los movimientos relacionados con la regulación emocional entran en esta categoría. Existen otras estrategias que no se consideran estereotipias, pero que cumplen funciones similares, como el uso de presión profunda, los objetos sensoriales o ciertos ejercicios físicos que ayudan a recuperar el equilibrio emocional.
Diferentes formas de movimiento y estimulación corporal
No todas las personas con CEA utilizan el movimiento de la misma manera, pero algunas formas comunes incluyen:
- Balanceo o aleteo de manos: Ayuda a descargar energía acumulada y mantener la regulación sensorial.
- Presión profunda (como abrazos o peso en el cuerpo): Brinda calma y estabilidad en momentos de ansiedad.
- Caminar de un lado a otro o movimientos repetitivos: Facilita la organización del pensamiento y reduce la inquietud.
- Uso de objetos sensoriales, como pelotas antiestrés o juguetes de presión, que permiten liberar tensión sin necesidad de moverse por completo.
Respetar el movimiento como parte de la expresión natural
Para muchas personas con CEA, moverse es parte de su manera de estar en el mundo. Intentar suprimir estos movimientos sin ofrecer alternativas adecuadas puede aumentar la ansiedad o dificultar la regulación emocional.
En lugar de frenar estos comportamientos, es más útil:
- Entender su función y reconocer que no son "malos hábitos", sino estrategias de regulación.
- Crear espacios donde puedan moverse libremente sin ser cuestionados o recibir miradas incómodas.
- Explorar diferentes tipos de estimulación, para que cada persona encuentre lo que le resulta más efectivo.
El movimiento como una herramienta valiosa
Lejos de ser una conducta que deba corregirse, el movimiento es una herramienta natural de autorregulación que ayuda a mejorar el bienestar emocional. Respetar estas necesidades y permitir que cada persona explore lo que le funciona es clave para crear entornos de verdadera inclusión y comprensión.

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