EDUCACION
Y
CONCIENCIA

El CEA es una condición del neurodesarrollo que influye en cómo las personas interactúan, se comunican y perciben el mundo. Cada persona es única, con necesidades, fortalezas y formas distintas de vivir su entorno.


TRANSICIÓN DE “TEA” A “CEA”

En CEAmos preferimos el término CEA (Condición del Espectro Autista) en lugar de TEA (Trastorno del Espectro Autista) para promover una perspectiva más inclusiva y positiva. Hablar de condición resalta la diversidad y
elimina ideas erróneas asociadas con el término trastorno, priorizando la comprensión y el respeto.


RASGOS DEL CEA Y CÓMO RECONOCERLOS DESDE UNA EDAD TEMPRANA

El CEA se manifiesta de formas diversas, con rasgos únicos en cada persona. Estos pueden ser identificados desde temprana edad, aunque no siempre están presentes en todos los casos. Algunos de los más comunes son:

Sensibilidad Sensorial:

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Algunas personas con CEA pueden reaccionar de manera intensa a ciertos estímulos, como sonidos fuertes, luces brillantes, texturas de ropa o sabores. También pueden buscar estímulos sensoriales específicos, como movimientos repetitivos o ciertos sonidos.

Preferencia por rutinas:

La predictibilidad aporta seguridad. Cambios inesperados en su entorno o actividades pueden generar estrés o incomodidad.

Comunicación diferente:

Algunos niños pueden tardar en desarrollar el habla o usar métodos alternativos de comunicación, como gestos o pictogramas. También es común que utilicen formas de comunicación únicas para expresar sus necesidades.

Intereses intensos:

Las personas con CEA suelen tener intereses profundos en temas específicos, mostrando una gran capacidad de aprendizaje y concentración en esos ámbitos.

Procesamiento social distinto:

Puede ser desafiante interpretar señales sociales, como expresiones faciales o lenguaje corporal. Esto no significa que no deseen interactuar, sino que lo hacen de formas diferentes.

CÓMO IDENTIFICAR ESTOS RASGOS EN EDADES TEMPRANAS

Reconocer estos rasgos a tiempo puede ser clave para brindar el apoyo necesario. Algunos indicadores que pueden observarse durante los primeros años incluyen:

Sensibilidad Sensorial:

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Falta de contacto visual constante o dificultad para responder a su nombre.

Preferencia por rutinas:

Ausencia de juegos simbólicos (como jugar a “cocinar” o “construir”)

Comunicación diferente:

Repetición de movimientos, como aletear las manos o balancearse.

Intereses intensos:

Preferencia por estar solo o dificultad para conectar con otros niños.

Procesamiento social distinto:

Reacciones extremas (o falta de reacción) a estímulos sensoriales, como el ruido o el tacto.

Es importante recordar que no todas las personas con CEA presentarán los mismos rasgos ni los experimentarán de la misma manera. Cada caso es único, y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra. Entender y aceptar esta diversidad nos permite ofrecer un apoyo más respetuoso y efectivo, adaptado a las necesidades y fortalezas individuales.


MITOS Y REALIDADES

Existen muchas ideas erróneas sobre el CEA que pueden dificultar la comprensión y la aceptación. En esta sección, desmontamos algunos de los mitos más comunes y los contrastamos con la realidad.

Contenido desplegable

Mito: “Las personas con CEA no sienten emociones.”

Realidad: Las personas con CEA sienten emociones tan profundamente como cualquier otra persona. Sin embargo, pueden expresar sus sentimientos de formas diferentes, lo que a veces puede llevar a malinterpretaciones.

Mito: “Todas las personas con CEA tienen habilidades extraordinarias.”

Realidad: Si bien algunas personas con CEA tienen habilidades especiales, esto no es en todos los casos. Cada persona es única, con fortalezas y desafíos propios.

Mito: Todas las personas con autismo son iguales.”

Realidad: El CEA es un espectro, lo que significa que las experiencias, necesidades y habilidades de cada persona pueden ser muy diferentes. No hay dos personas con CEA iguales.

Mito: “Las personas con CEA no quieren socializar.”

Realidad: Muchas personas con CEA desean interactuar con otros, pero pueden encontrar desafiantes las normas sociales no expresadas o las señales no verbales. Ofrecerles tiempo y comprensión facilita las conexiones.

Mito: “El CEA es algo que debe curarse.”

Realidad: El CEA no es una enfermedad, sino una forma diferente de experimentar el mundo. En lugar de buscar una cura, el enfoque debe estar en ofrecer apoyos que respeten y promuevan la calidad de vida de cada persona.